domingo, 10 de mayo de 2020

Lunes, 11 de mayo

¡Buenos días familia! ¿Qué tal el fin de semana?


Vamos a empezar como cada día con la lectura de este texto, para que nos sirva de calentamiento (que ahora los profes modernos le llaman con el término inglés "warm up"). Espero que os esté gustando esta forma de comenzar y  al mismo tiempo os esté sirviendo para animaros a trabajar.

He conocido a miles de maestros y maestras a lo largo de mi vida profesional, algunos excepcionales, y he ido copiando o adaptando todo lo que me han enseñado para poder convertirme cada día en un mejor maestro.

En mi primer destino tuve muchísima suerte, a pesar del miedo que me entró cuando me mandaron a una cortijada perdida en la campiña sevillana, más solico que la una. Habría para escribir un libro de todo lo que me aconteció allí, y, sobre todo, de lo que aprendí ese año (que nada tenía que ver con lo que me habían enseñado en la facultad).

Era un 8 de octubre de 1983, y estaba recién llegado de la mili, cuando me dieron una escuela unitaria en el Palomar: un conjunto de casas-cortijos diseminadas por el campo, y a más de diez kilómetros de la población más cercana.

Mi primer día de trabajo fue totalmente surrealista. Llegué a la escuela, tras pedir indicaciones a todo el mundo, y me encontré dos aulas solas en mitad del campo. Yo me puse a dar vueltas intentando averiguar dónde estaban los niños y dónde estaban las llaves de la puerta del recinto. Una mujer de un cortijo cercano, tras observarme largo rato, fue a mi encuentro a preguntarme si yo era el nuevo maestro de ese año, y me dio las llaves de la escuela. A continuación me comentó que yo tendría que avisarle a los niños si quería que vinieran a clase.

En un radio de unos cinco kilómetros fui de cortijo en cortijo tocando en las puertas, presentándome y avisando de que si tenían hijos en edad escolar, los mandaran al día siguiente a la escuela. Los que tenían, me decían que así lo harían, y los que no, me daban las indicaciones de otro cortijo donde podría haber familias con niños de esa edad. Y así me pasé toda la mañana recorriendo la aldea. Jamás hubiera imaginado que mi primer día de trabajo como maestro iba a consistir en ir a la busca y captura de los alumnos.

Al día siguiente se me presentaron en la escuela 23 alumnos con unos ojos muy grandes. Cada uno, de una edad: ocho de *párvulos (de cuatro y cinco años), nueve de primero de EGB, cuatro de segundo y dos de educación especial. Una verdadera locura para un maestro primerizo y con apenas material ni libros de texto. Tiré de todo lo que había aprendido en la carrera (Freinet, Montessori...) y me dispuse a enfrentarme a ese reto partiendo desde cero. Yo mismo les fabriqué un libro encuadernado en blanco, para que allí recogieran todo lo que aprendían; bien con dibujos, textos o poemas inventados por ellos. ¡Cómo me gustaría que alguno lo hubiera conservado y poder verlos de nuevo!

* Párvulos era el nombre que antes se le daba a la educación preescolar, que ahora nos ha dado por llamarle educación infantil.¡Pues a mí me sigue encantando esa forma de llamarle a los alumnos que aún no sabían ni leer ni escribir; PÁRVULOS!

Encontré vivienda en la localidad más cercana, Paradas: un pueblo de unos diez mil habitantes. Allí compartía piso con otros cuatro maestros tan novatos como yo. Pero ellos, al menos, habían tenido la suerte de que les tocara un colegio grande y que, además, funcionaba bastante bien. 

Desde el primer día me ha gustado llegar con mucho tiempo, de sobra, a la escuela y me iba casi una hora antes. Pero es que, además, iba recogiendo niños que vivían bastante alejados de las aulas (hasta ocho llevaba en el coche) y, luego, los traía de vuelta a sus casas.

Varios días, camino de la escuela, me llamó la atención ver a un maestro con sus alumnos cerca de un humedal en el que había una torre con un nido de cigüeñas en lo alto. Me picaba la curiosidad, y al encontrarme un día por el pueblo con este maestro, me interesé por lo que hacía con sus alumnos en aquel paraje. Aquel personaje tan curioso se llamaba Cobano (este era su apellido, su nombre era Manolo) y me hice muy amigo de él. Como a mí, acababan de destinarlo a esa localidad, su pueblo natal. Pero él venía de trabajar, durante algunos años, en los colegios más innovadores de Sevilla capital, y esas mismas técnicas que se utilizaban allí, quería ponerlas en práctica en su pueblo.

 Me contó que estaba trabajando en un proyecto con sus alumnos (un quinto especial, que él mismo había solicitado, donde se agrupaba a los peores alumnos en cuanto a comportamiento y a conocimientos). El objetivo del proyecto era el estudio de los humedales y la adaptación de las cigüeñas a ese entorno. Pero que él, lo hacía sacando la escuela al campo y con una enseñanza globalizada (ese método era muy revolucionario para aquella época). A partir de ese tema enseñaba, o más bien dejaba que los propios alumnos aprendieran: conocimiento del medio, lengua, matemáticas y educación artística. Cuando yo descubrí a este personaje tan peculiar, me convertí en una esponja, y quería pasar el mayor tiempo posible escuchándolo y aprendiendo del mejor maestro que había conocido en mi vida. Quedábamos todas las tardes, bien en su casa, en una cafetería o simplemente paseando, y se tiraba todo el rato hablándome de sus experiencias y de su forma de entender la educación. 

¡Me marcó para siempre, y se convirtió en mi mentor! Hoy quiero dedicarle y agradecerle en este diario todo el trabajo y tiempo que empleó conmigo en enseñarme los secretos de esta profesión. ¡Va por ti, COBANO; mi maestro!

Él fue el que me enseñó que hay que crecerse ante las adversidades y que con alegría, con ánimo, con imaginación y dedicación; nuestros alumnos aprenderían más, y mejor.

Por eso os decía al principio de este largo texto, que lo que me dio mucho miedo entonces, se convirtió en una suerte infinita, y en uno de mis mejores años de trabajo. Porque tanto mis alumnos como yo, disfrutamos y aprendimos de lo lindo.
  
Ese año fue también el de mi matrimonio con Fabi (diciembre del 83), por lo que se convirtió en mi compañera de fatigas y de alegrías. Cada día, por la tardes, me acompañaba a la escuela, y formamos un buen equipo educativo; ella se encargaba de los más pequeños mientras yo avanzaba con los mayores. 

¡Qué curiosa es la vida! Justo un año antes de jubilarme, y tras treinta y seis años de aquella experiencia tan difícil, pero tan enriquecedora, me he vuelto a encontrar un reto como el de aquel entonces. Y he tenido que reinventarme, pero qué mejor inspiración para hacerlo, que la que me dejó en herencia mi buen amigo: "El Cobano".


- Pero, ¿aún no te has levantado?- pregunta una madre a sus hijo.

- No mamá. ¡Es que no quiero ir a la escuela!

- Y eso, ¿por qué?

- Pues por varios motivos: uno porque tengo sueño, otro porque allí me aburro mucho y, por último, porque los niños se ríen de mí.

- ¿Sabes lo que te digo? ¡Pues que tienes que ir! Primero porque es tu obligación, segundo porque ya tienes cuarenta y cinco años y, tercero, porque eres el director.


Hoy en lengua solo os voy a pedir que escribáis vuestro primer romance. Como aprendimos el viernes, los romances son una serie ilimitada de versos (podéis hacer el número de ellos que queráis) de arte menor (mejor octosílabos) y que riman en asonante solo las vocales de la última palabra, sin tener en cuenta las consonantes, a partir de la vocal acentuada. La rima tiene que ir en los versos pares: 2, 4, 6...; quedando los impares sin rima. 


Ten en cuenta lo que hablamos de la métrica (medida de los versos) a principio de curso y los pasos que había que dar para medir un verso :

- Separar las palabras en sílabas.

- Buscar las sinalefas (unir dos sílabas siempre que se dé la circunstancia de que una palabra termine en vocal y la siguiente empiece también por vocal o h).  No he de ser yo...

- Fíjate bien en la última palabra de cada verso: a) si es llana, se deja como está, b) si es aguda, se le suma una sílaba más, c) si es esdrújula, se le resta una sílaba.

Te voy a dejar un ejemplo mío de un pequeño romance, que le he escrito a mi nieta, para que observes todo lo que os he explicado:



XXXV.  Mi niña marinera

¡Qué preciosa está mi niña, 
con gorra de marinero,
chapoteando en el agua
en ese mar de barreño!

Quiero traerte una barca
con su quilla y con sus remos,
que tú seas su almirante
y yo, tu humilde barquero.

Y surcaremos los mares
hasta horizontes de ensueño,
donde en un punto se encuentran
el agua del mar y el cielo.

Yo te enseñaré a nadar,
pero tú no tengas miedo,
que siempre estaré a tu lado
vigilante como abuelo.

Vamos a navegar, Iria,
escapemos de este fuego,
y que la brisa marina
nos preste su dulce fresco.

¡Ay cómo te gusta el agua
cómo te gusta a ti el suelo!
¡Y qué ganas de llevarte 
de la arena a mar adentro!


¡Venga, vamos a por el lunes!



LENGUA


- Como ya te he dado la explicación, solo te pido que inventes un pequeño romance y lo escribas en tu cuaderno.


MATEMÁTICAS


SOLUCIONES A LAS ACTIVIDADES DEL VIERNES:

5.  a) 7,6 m   d) 0,28 m   g) 30 m   b) 15,6 m   e) 0,42 m   h) 70 m   c) 0,386 m   f) 2500 m   i) 10 m 

6.  835 m; 362,1 cm; 3,5 hm; 4,1 m; 4,2 dm. 

7.  a) 3 m = 170 cm + 130 cm  b) 5 m = 30 dm + 20 dm  c) 2 m = 1000 mm + 1000 mm  d) 7 m = 50 dm + 200 cm

8.  Manuel. 1,76 m = 176 cm; 176 + 7 = 183 María. 138 + 6 = 142 Manuel mide 183 cm y María 142 cm. 

9.  600 m = 60 dam; 250 m = 25 dam Perímetro = 60 + 60 + 25 + 25 = 170 dam 170 × 10 = 1 700 € costarán los postes. 170 dam = 17 hm; 17 × 3 = 51 hm 51 × 50 = 2 550 € costará el alambre. 1 700 + 2 550 = 4 250 € costará en total.


- Empezamos con un vídeo, que nos recuerde las unidades de medida de capacidad:



- Copia el esquema-resumen de la pagina 158.

- Realiza las actividades 1, 2 y 3 de dicha página.


CIENCIAS SOCIALES


SOLUCIÓN A LAS ACTIVIDADES DEL VIERNES:

1.  d) La batalla de Lepanto. 

2.  a) Los luteranos y c) los turcos. 

3.  b) Martín Lutero. 

4.  Por la concesión de cargos públicos a sus amigos extranjeros y la implantación de impuestos para pagar su coronación como emperador.


- Ya sé que os estoy poniendo muchos vídeos de historia, pero es la mejor manera de entenderla, (veréis que hay ya muchos temas que hemos ido tocando también en literatura y arte) y conocer mucho mejor los acontecimientos ocurridos en el pasado que tanta influencia tiene en nuestros días. ¡Ánimo, que a la larga me lo agradeceréis!




- Haz la lectura de las páginas 122 y 123.

- Contesta a las preguntas de las actividades 1 y 3 de la página 123.


Bueno, familia, a disfrutar del lunes. Nos vemos mañana.




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