martes, 9 de junio de 2020

Miércoles, 10 de junio


¡Familia, buenos días! ¡Ya ha pasado esta semana!


Otra vez el paso del tiempo que, en este caso, vuela. Cuando volváis a leer algo mío, nos habremos metido ya en mitad de junio y, por tanto, quedarán apenas siete días para haber terminado este curso tan especial.

La verdad es que este año había tenido mucha suerte. Por fin daba el paso a quinto (me gustan los alumnos mayores) y de compañero seguía teniendo a vuestro profe Francisco, con el que me lo paso genial. Todo era demasiado perfecto para terminar mi andadura por la escuela. Pero con lo que no contaba, era con que de pronto me quitarían a los alumnos, los mandarían a casa y me pedirían que yo les diera clases desde la mía.

Parece sacado de una película, ¿verdad? Pues no, vosotros bien sabéis que esto es cierto, que esto está basado en un hecho real, y que nos está ocurriendo en realidad.

No sé lo que habréis aprendido, porque eso solo os lo noto cuando os tengo cara a cara mirándoos a los ojos. Desprenden un brillo especial y vuestro rostro se relaja con una medio sonrisa. Ahí es cuando yo me doy cuenta de que lo que os he dicho o enseñado en ese momento os ha llegado dentro. Pero creo que, aún sin mi presencia, ha sido mucho el aprendizaje, y no solo hablo de la escuela.

Mirad siempre a los ojos a las personas cuando os hablan o cuando os escuchan; se dice mucho más con una mirada que con mil palabras. No sé si os dio tiempo en fijaros en cómo no os pierdo vista casi nunca. Si explico en la pizarra, continuamente me estoy dando la vuelta para ver si seguís mis explicaciones; y si estoy en la mesa, suelo hacer barridas regulares con la vista por todos mis alumnos.

Los ojos, los ojos dicen tanto de nosotros; decimos tanto con ellos...

Por eso no entiendo cómo estamos cambiando esta forma de comunicación por otra que, aunque a veces tenga ventajas, nos está convirtiendo en gilipollas. Ya se ve gente por ahí que está frente a su pareja o amigo escribiéndose por el móvil, como si no pudieran decirlo a viva voz. No, cada cosa en su sitio. Jamás cambiéis una situación de comunicación real cara a cara por esta tontería.


Mi primera matrícula de honor en la universidad, la saqué en la asignatura de matemáticas. ¡Qué cacho de profesor me encontré ese año! Explicaba como los ángeles, y a mí me extrañó que no aprobara toda la clase, porque te lo ponía todo muy fácil, dentro de la dificultad de las matemáticas.

Solo tenía un problema; era demasiado joven y le daba vergüenza mirarnos a los ojos. Explicaba siempre de cara a la pizarra, y cuando se sentaba en su mesa, miraba hacia abajo, a los apuntes que allí tenía. Jamás nos miró a los ojos.

Esto algunos lo aprovechaban para murmurar y algunos hasta molestaban, perdiendo el tiempo. Y esta es la explicación que le doy a quienes suspendieron, porque como os decía, lo bordaba en la pizarra. A veces yo me sentía mal por el comportamiento de algunos
 compañeros, pero os juro que jamás perdí la concentración en las explicaciones.

Si este profesor nos hubiera mirado a los ojos, hubiese sido el enseñante perfecto, y todos los alumnos hubieran sacado un diez en su asignatura.

Pero como la perfección no existe, vosotros intentad sacar de cada profesor que os toque, en el montón de años que aún os quedan en el mundo de la educación, el máximo partido posible. Todos os aportarán algo positivo. 


- Señor, ¿usted está bizco?

- No. Lo que pasa es que tengo el ojo izquierdo tan bonito, que el otro se le queda mirando continuamente.


- Doctor, ¿cree que voy a perder los ojos?

- No lo sé. Yo se los voy a poner en un frasco, y si los pierde, eso ya es cosa suya.


¡Vamos, un último esfuerzo!


LENGUA



SOLUCIONES A LAS ACTIVIDADES DE AYER:

1.  Respuesta libre. Sugerencia de respuesta:
 • De la selva. 
 • Respuesta libre. 
 • Son Mowgli, el niño protagonista, y el oso Baloo, su mejor amigo. Sí aparecen. 
 • En el libro del mismo nombre, de Rudyard Kipling, un escritor inglés nacido en la India. 

2.  Respuesta libre. 


- ¡Pues ya se ha acabado el último tema del libro! Solo os voy a pedir que hagáis las actividades 1, 2, 7 y 8, del apartado: Qué he aprendido, en la página 202.




MATEMÁTICAS


SOLUCIÓN AL PROBLEMA DE AYER:

- Lee el enunciado y extrae los datos. Un polígono de diez lados es un decágono. 

- Identifica la pregunta ¿Cuántas diagonales se pueden trazar en un polígono de diez lados? 

- Dibuja polígonos más simples En este paso se trata de dibujar polígonos más simples que un polígono de diez lados y se dibujan sus diagonales. En el libro del alumnado se representan algunos ejemplos.

- Recoge los datos en una tabla. Observa que por cada lado que añadimos se aumenta progresivamente el número de diagonales. 

- Completa la tabla.

-  Escribe la solución: Un decágono tiene 35 diagonales. 


- Ya estamos terminando el tema. Haz en el apartado de : Organizo mi mente, las actividades 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7, sin copiar los enunciados (página 183).

- En el apartado de: Colecciono palabras, copia y completa las oraciones (página 183).


 CIENCIAS NATURALES


- Las máquinas compuestas:



- Lee atentamente las páginas 116 y 117, y copia el párrafo coloreado de la 116.

- Realiza las actividades 1, 2 y 3, de la página 116.


Bueno, familia, pues ya estamos de puente. Disfrutadlo todo lo que podáis. Hasta el lunes que viene.

¡Compañía, rompan filas!

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